Sequoia Sempervirens

Es el ser vivo más alto del mundo: el Howard Libby Tree, de California, es un ejemplar de esta especie que mide 112m de altura y 13m de diámetro.

A diferencia de la mayoría de las coníferas la secoya crece a partir de los rebrotes que nacen del borde del tocón de un ejemplar talado con lo que se regenera sin necesidad de semillas, pero no es tan resistente como la secoya gigante.

No tolera los suelos secos, los vientos fríos ni las bajas temperaturas, pero en los profundos suelos californianos, donde está expuesto a las brisas frescas y húmedas del Pacífico puede vivir mas de 2.000 años.

Los bosques naturales de secoyas son únicos ya que no sólo contienen espesos grupos de árboles de 60 a 100m de altura y de 4 a 6m de diámetro, sino que muchos de estos grupos son tan densos que entre dos queda un paso muy estrecho. Una de sus características más destacada es su corteza, blanda y fibrosa, pardorrojiza, que en los árboles viejos pueden tener hasta 40cm de espesor y está profundamente fisurada con aristas de borde irregular, entrelazados. Es un árbol muy resistente al fuego, a los hongos y también a los insectos.

Su follaje es muy parecido al del tejo, con hojas lineares, puntiagudas de 1,5-2cm de longitud por 2,5-3mmm de ancho, de color verde oscuro por el haz, pero con dos bandas blancas en el envés de las que carecen las hojas de tejo.

La flores masculinas, amarillas y de 2mm de diámetro, se forman en los extremos de las ramillas, mientras las femeninas ovales de 1cm de longitud y verdosas, están formadas por 14-20 brácteas de ápice puntiagudo pero corto. Los conos miden unos 2cm de longitud y están provistos de pedúnculos delgados, inicialmente esféricos ovalados con escamas rugosas, pero luego se vuelven parduscos. Las semillas tienen un ala estrecha y son extremadamente pequeñas: en un kilogramo hay aproximadamente 250.000.

Su madera, blanda, duradera y fácil de trabajar, casi no se diferencia de la de la secoya gigante, pero es algo más fuerte. (En cualquier caso, esta última no es explotada). Antiguamente se empleaba en la construcción y para las traviesas de ferrocarril. Actualmente aún se comercializan ingentes cantidades de madera de secoya, pero recientemente se han acotado extensas zonas para reservarlas como parques naturales.

Enciclopedia BLUME de los árboles maderas y bosques del mundo, H. Edlin/M.Nimmo, pág. 94.